
Ambientada en unos Estados Unidos en los que la gente heterosexual, blanca, cristiana y cisgénero es controlada por el gobierno con un código de barras. En un escenario ficticio de Estados Unidos, una distopía se desarrolla donde el gobierno ejerce un control total sobre individuos que cumplen con ciertos criterios: ser heterosexual, blanco, cristiano y cisgénero. Estos ciudadanos son etiquetados y controlados mediante un sistema de código de barras, marcando una clara división social y política. La premisa plantea cuestiones profundas sobre discriminación, derechos individuales y la resistencia frente a la opresión estatal. La narrativa explora cómo diferentes grupos sociales, marcados y no marcados, interactúan bajo este régimen autoritario. La resistencia clandestina surge como una fuerza de oposición, luchando por la libertad y la igualdad en un entorno dominado por la exclusión y el control. Los personajes enfrentan dilemas éticos y emocionales mientras buscan formas de subvertir el sistema de códigos de barras y desafiar la narrativa impuesta por el gobierno. Temas de identidad personal, autoestima y pertenencia se entrelazan con la lucha política y social, destacando las repercusiones psicológicas de vivir bajo un sistema discriminatorio. La historia también invita a reflexionar sobre paralelismos históricos y problemas contemporáneos relacionados con la discriminación y los derechos humanos. A través de esta premisa distópica, se examinan las complejidades morales de la resistencia civil y los dilemas éticos de la acción política en un contexto de creciente autoritarismo gubernamental.
Ambientada en unos Estados Unidos en los que la gente heterosexual, blanca, cristiana y cisgénero es controlada por el gobierno con un código de barras.
En un escenario ficticio de Estados Unidos, una distopía se desarrolla donde el gobierno ejerce un control total sobre individuos que cumplen con ciertos criterios: ser heterosexual, blanco, cristiano y cisgénero. Estos ciudadanos son etiquetados y controlados mediante un sistema de código de barras, marcando una clara división social y política. La premisa plantea cuestiones profundas sobre discriminación, derechos individuales y la resistencia frente a la opresión estatal.
La narrativa explora cómo diferentes grupos sociales, marcados y no marcados, interactúan bajo este régimen autoritario. La resistencia clandestina surge como una fuerza de oposición, luchando por la libertad y la igualdad en un entorno dominado por la exclusión y el control. Los personajes enfrentan dilemas éticos y emocionales mientras buscan formas de subvertir el sistema de códigos de barras y desafiar la narrativa impuesta por el gobierno.
Temas de identidad personal, autoestima y pertenencia se entrelazan con la lucha política y social, destacando las repercusiones psicológicas de vivir bajo un sistema discriminatorio. La historia también invita a reflexionar sobre paralelismos históricos y problemas contemporáneos relacionados con la discriminación y los derechos humanos. A través de esta premisa distópica, se examinan las complejidades morales de la resistencia civil y los dilemas éticos de la acción política en un contexto de creciente autoritarismo gubernamental.