El analfabeto HDRIP

Inocencio Prieto y Calvo recibe una carta que le comunica una noticia sorprendente: ha heredado una fortuna de dos millones de pesos de su tío. Sin embargo, Inocencio enfrenta un problema significativo: no sabe leer, lo que le impide comprender el contenido y el remitente de la carta. La falta de habilidades de lectura deja a Inocencio en una situación de incertidumbre sobre la autenticidad y los detalles de la herencia que le ha sido prometida. En busca de una solución, Inocencio decide acudir a la farmacia local con la esperanza de que el farmacéutico pueda leerle el contenido de la carta. Mientras espera su turno, se da cuenta de que una niña en la tienda puede leer con facilidad. Este descubrimiento le inspira y le hace reflexionar sobre la posibilidad de aprender a leer por sí mismo. En lugar de esperar ayuda externa, Inocencio decide que la mejor manera de resolver el misterio es aprender a leer. Movido por la determinación y el deseo de entender el mensaje por su cuenta, Inocencio opta por guardar la carta y se dirige a la escuela local. Su objetivo es adquirir las habilidades de lectura necesarias para descifrar el contenido de la carta y descubrir el verdadero alcance de la herencia. Este acto de valentía y autodisciplina refleja su compromiso con la autoeducación y la independencia.