Longlegs: Coleccionista de almas

Longlegs: Coleccionista de almas. La novela comienza con Harker, llena de determinación pero también de inexperiencia, sumergiéndose en una investigación que rápidamente se vuelve compleja y oscura.

La atmósfera que establece la autora es densa y envolvente, llevando al lector a un mundo donde cada pista parece llevar a un callejón sin salida.

Desde el inicio, la narrativa se centra en la lucha interna de Harker.

A medida que se adentra en la investigación, las pistas se vuelven confusas y las evidencias parecen estar ocultas en las sombras.

Este ambiente de incertidumbre añade una capa de tensión, mostrando cómo la novata intenta equilibrar su deseo de probarse a sí misma con el peso de la presión que conlleva resolver un caso tan complicado.

La evolución del personaje es uno de los puntos fuertes de la historia, ya que la autora logra retratar su crecimiento y desarrollo a lo largo de la trama.

Un giro crucial en la narrativa ocurre cuando Harker descubre que tiene un vínculo personal con el asesino.

Este descubrimiento no solo complica su papel en la investigación, sino que también intensifica la urgencia de su misión.

La conexión personal provoca un conflicto emocional que lleva a Harker a cuestionar su pasado y su relación con el asesino, transformando la caza en una lucha por la supervivencia.

La autora maneja hábilmente este conflicto interno, permitiendo que el lector sienta el peso de la culpa y la determinación de Harker.

La prosa es ágil y está llena de descripciones vívidas que sumergen al lector en el ambiente oscuro y tenso de la historia. La construcción