Orión y la oscuridad

En una noche tranquila, un niño con una imaginación desbordante se enfrenta a uno de sus mayores desafíos: sus propios miedos. Durante mucho tiempo, las sombras y la oscuridad han sido su fuente de temor, llenando sus noches de inquietud y pesadillas. Pero en esta noche especial, su vida da un giro inesperado cuando conoce a una criatura gigante y sonriente a la que llama Oscuridad. Oscuridad no es el monstruo que el niño esperaba encontrar en la penumbra. En lugar de asustarlo, esta criatura se convierte en su guía y compañero en un viaje nocturno lleno de magia y descubrimientos. Juntos, exploran mundos que solo existen en los sueños más profundos, como bosques iluminados por luciérnagas, océanos de estrellas y montañas que susurran historias al viento. A lo largo de este viaje, el niño comienza a entender que la oscuridad, lejos de ser su enemiga, puede ser un aliado. Oscuridad le muestra que lo desconocido no siempre es motivo de miedo, sino una oportunidad para descubrir nuevas maravillas. Con cada paso, el niño aprende a enfrentar sus miedos, dándose cuenta de que su imaginación, que antes le causaba angustia, puede ser una fuente de aventura y creatividad. Al regresar a su habitación al amanecer, el niño se siente cambiado. La oscuridad, que antes lo aterrorizaba, ahora es un lugar donde puede encontrar consuelo y asombro. Oscuridad ha desaparecido, pero el niño sabe que siempre estará cerca, listo para acompañarlo en nuevas aventuras cuando la noche caiga de nuevo. Este viaje nocturno no solo le ha permitido superar sus miedos, sino también ver el mundo con nuevos ojos. Ha aprendido que la oscuridad y las sombras pueden ser fuentes de belleza y asombro, y que la imaginación, cuando se enfrenta con valentía, puede transformar incluso los temores más profundos en experiencias inolvidables.